4.10.15

Introducción a la meditación

Escribir sobre la meditación es complicado, debido a lo amplio del concepto y a la multitud de formas de entenderla y practicarla. Y aunque todas ellas son válidas, el objetivo de este artículo es dar unas pinceladas básicas acerca de esta práctica milenaria que tiene su origen en ciertas religiones asiáticas (budismo, hinduismo...), y que poco a poco se ha hecho un hueco en occidente gracias a sus reconocidos beneficios.

Personalmente, entiendo la meditación como una herramienta que nos permite relajar nuestro cuerpo físico y centrar nuestra mente con el fin de alcanzar un nuevo estado de conciencia más elevado. La meditación es, por tanto, una terapia complementaria.


Meditar regularmente aporta importantes beneficios tanto al cuerpo físico como a la mente. Entre los beneficios físicos de la meditación pueden destacarse algunos como la disminución de los niveles de estrés y de presión sanguínea, la mejora del sueño y de la circulación de la sangre, y una mayor oxigenación de los órganos internos. Y entre los psicológicos estarían la mejora de la autoestima, la seguridad y la confianza en sí mismo, una reducción de la ansiedad y una mayor estabilidad emocional. Entre los beneficios espirituales se encuentran una mayor conexión con el Todo y con nuestra propia esencia, y un profundo sentimiento de amor y paz.

Existen decenas de formas de meditar, desde las más básicas hasta meditaciones más profundas y concretas como la Meditación del Árbol o sobre los Símbolos de Reiki. Centrándonos en las prácticas amateur (de principiantes), recomendaría tres reglas y/o tipos básicos:

  • Meditar visualizando un punto blanco a la altura del tercer ojo o entrecejo.
  • Meditar centrando toda nuestra atención en nuestra respiración.
  • Meditar observando y reconociendo los pensamientos que llegan a nuestra mente pero dejándolos ir, sin pararnos en ellos. Se trataría de despejar la mente.

La meditación es un tiempo que nos dedicamos a nosotros mismos, es nuestro momento, nuestro instante personal de introspección y reflexión, que debemos favorecer cuidando ciertos aspectos como:

✳️ Elegir un espacio en el que nos sintamos cómodos, y si fuera posible, siempre el mismo. Un lugar tranquilo, limpio, ordenado, apartado de ruidos y distracciones, apagando si fuera necesario cualquier aparato que pudiera molestarnos, como la televisión, la radio o el móvil. La temperatura debe ser agradable.

✳️ La ropa que vistamos ha de ser cómoda, holgada, evitando apreturas u opresiones que nos impidan centrarnos en nuestro objetivo. Quítate también los zapatos, relaja tus pies.

✳️ En cuanto a la posición corporal, podemos sentarnos en el suelo sobre un cojín o esterilla con las piernas cruzadas, o sentarnos en una silla, si sufrimos dolores de piernas o espalda. Lo importante es que la columna esté recta y alineada para mantenernos despiertos y plenamente conscientes, favoreciendo así una respiración fluida y completa, en la que podamos llenar de aire toda nuestra cavidad torácica. La barbilla debe apuntar hacia abajo. Mantener los ojos cerrados ayuda a centrarnos.

✳️ La forma más habitual de colocar las manos es apoyarlas sobre las rodillas, palmas hacia arriba, con los dedos en Gyan Mudra, es decir, juntando la punta del dedo índice con la punta del dedo pulgar.

✳️ No es aconsejable meditar después de comer, para evitar que nos entre sueño, pero tampoco con hambre. Si estamos en esta última situación, tomar algún zumo o una pieza de fruta sería suficiente. En mi opinión, el momento adecuado para meditar lo decide cada uno, en función de sus necesidades, ganas y estilo de vida. Aún así, según fuentes consultadas, el amanecer y el anochecer serían los mejores momentos, ya que nuestro ritmo de vida está más calmado. 

✳️ Para crear ambiente, podemos poner música de relajación a un volumen suave. Yo aconsejo los mantras de Deval Premal, que son preciosos y nos transportan a lugares de conciencia únicos y maravillosos. Meditar en silencio, sólo escuchando nuestra respiración es otra opción. En el mismo sentido, a mí me gusta colocar una vela, para atraer luz a nuestro espacio y a nuestra práctica. 

Aprender a meditar lleva su tiempo. No desesperes y cultiva la paciencia. Merece la pena. 

Gracias por leerme. 

Energía, luz y amor.